martes, 15 de septiembre de 2009

Presunto violador de la zona arqueológica no da la cara.


Tula de Allende.- Julio Cesar Doroteo García Administrador de la zona arqueológica de este municipio y presunto violador de una menor de edad junto con tres custodios acusados por acoso sexual contra otras dos niñas hermanas de la víctima, se niegan a dar la cara ante este medio; El Chayote intentó otorgarle el derecho de replica a los implicados en el escándalo, sin embargo los trabajadores del museo nunca fueron encontrados en el sitio de trabajo, otros empleados del lugar informaron que supuestamente estaban en la ciudad de Pachuca atendiendo encomiendas propias de su trabajo.

Luego de que se publicara en este espacio sobre la presunta responsabilidad en un caso de violación en contra de una menor de edad en agravio del administrador del museo “Jorge R. Acosta” y de la zona arqueológica Julio Cesar Doroteo García, este medio se dio a la tarea de buscar entrevista con alguno de los implicados en este escándalo, sin lograr dar con alguno de ellos.

En las instalaciones del museo la tarde del pasado miércoles ni el día jueves José Hugo Baños Ramírez, Fidel Reyes Serrano y Mario Urbano Hernández, así como el administrador fueron ubicados, sin embargo empleados del lugar dijeron que aunque los encuentren no van a responder nada. Cabe mencionar que de este caso que se denunció en fechas pasadas las denunciantes presentaron cartas escritas con puño y letra hechas el año pasado en el que detallan como los agresores las acosaban.

En la carta fechada con el 24 de diciembre del 2007, la menor de nombre “Mariana” cuenta que el día 24 de diciembre acudió a hacer sus labores al sitio arqueológico y ya estando ahí, la menor le ofreció comida que ella vende al custodio de nombre Fidel; este individuo le propuso a la chica quien para ese entonces ya era madre soltera ayudarla con los gastos de sus hijos si accedía a lo que él pidiera.

En otro documento similar pero con fecha del 28 de marzo del año pasado, María de Jesús acudió a la oficina de Julio Cesar Doroteo García para solicitarle el pago de un adeudo presuntamente por su empleo en el lugar, la carta textualmente decía “fui a la oficina del licenciado Julio Cesar D. G. a pedirle mi cheque pero desagradablemente me empezó a decir que ya era hora de que me pusiera las rodilleras, lo que me molestó y me dio miedo”.

De tal forma que las victimas continúan aportando información sobre su caso y los presuntos agresores no han respondido a las declaraciones aquí vertidas; por lo que nuevamente la madre de las señoritas pide justicia y se castigue a los responsables tanto de la violación de su hija María de Jesús como por el presunto acoso sexual en contra de sus otras dos hermanas.

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